Qué son las rutas del jamón en Aracena imprescindibles

Un sendero de piedra blanca discurre serpenteando a través de montañas verdes y olivares

Las rutas del jamón en Aracena son una forma innovadora y auténtica para descubrir el proceso de producción del jamón ibérico, uno de los productos más emblemáticos de España. Estas rutas permiten a los visitantes recorrer desde las granjas donde se alimenta y cría el cerdo hasta los mataderos y bodegas donde se elabora el jamón final, ofreciendo una experiencia única alrededor de la cultura local que rodea esta tradición.

Recorrer estas rutas significa enfrentarse a un mundo lleno de sensaciones e impresiones en el que es posible sumergirse en el entorno natural en el que crecen los cerdos y luego observar cómo se elaboran productos y beber vino, todo ello mientras exploras pueblos y caseríos con encanto. Además, los aficionados podrán conocer a pequeños productores locales, visitantes de las granjas o videntes en diferentes zonas geográficas del país.

Desde Aracena también se pueden ir por rutas más largas que permiten acceder al interior del sur andaluz y otras regiones con encanto natural; sin embargo, la principal atracción sigue siendo los visitantes a las pequeñas localidades de La Gran Peña o La Nava, donde hay que conocer el lugar en el que se come el jamón.

Índice
  1. Las dehesas que se alimentan del cerdo
  2. La curación del jamón
  3. Los productores locales y las rutas gastronómicas
  4. Degustar y disfrutar del jamón ibérico
  5. Conclusión: El impacto positivo de las rutas del jamón en Aracena

Las dehesas que se alimentan del cerdo

Las dehesas, un tipo de sistema de cría de cerdos que tiene sus raíces históricas, son un proceso natural por el que los animales comen la hierba secundaria existente en unas zonas definidas. Es el primer paso para elaborar después los jamones y salamuros que se dan a vender como productos tradicionales; al mismo tiempo es una forma de mantener el balance ecológico en áreas más apartadas del interior. La comida de las mejores dehesas no conlleva el crecimiento excesivo de malas hierbas, lo cual ayuda a la defensa de la biodiversidad y el equilibrio ambiental.

Las parcelas de la dehesa son muy variadas en aspectos como tamaño y ubicación. Además, las personas que las administran han trabajado para convertirlas en ecosistemas sostenibles. Por otro lado, los animalitos comen también parte de las hojas de los vegetales cultivados allí mismo: acebuches o piornos son plantas muy fáciles en su consumo alimentario; se utilizan además por la riqueza nutrientes que contienen. Al final se tiene un cerdo listo con mucho peso, así que al sacrificarlos obtenemos el jamón ibérico.

Una de las ventajas es que los criadores locales pueden cuidar a unos cuantos animales, porque en caso de que uno de estos se les muera o resulte herido no le costaría un dinero muchísimo dinero. Sin embargo, su principal problema estriba en el coste para criarlos al igual que la carestía de la mano de obra debido a la reducción en el número de jóvenes locales.

La curación del jamón

La curación del jamón ibérico es un proceso delicado y que requiere mucha atención. Tras alimentar, cuidar y matar al animal se desollan y se saca todo lo suyo. A continuación pasamos por una serie de pequeñas operaciones hasta que alcanze nuestro aspecto final. En este paso las carnes recién saladas están expuestas al aire con la pretensión de permitirles perder el exceso de agua conllevar un mejor sabor en nuestros platos principales.

En principio se le da vuelta cada día a los jamones para facilitarles la eliminación del agua. En este momento es cuando más exigentes deben ser. Las condiciones ambientales adecuadas debemos tenerlas como prevención, es decir; si el porcentaje de nitrógeno y otros parámetros alcanzan los límites de lo que se espera para sacar un jamón bien sabroso deberán buscarse las formas más oportunas de que los porcentajes requeridos queden dentro de la legalidad.

A veces la curación puede durar mucho tiempo; sin embargo, en cualquier caso siempre podemos tener en cuenta varios ritos al hacerlo para evitar una posible pérdida del sabor. Esto lleva tiempo pero no nos privamos de ir a tomar algo por ahí.

Los productores locales y las rutas gastronómicas

Los productores locales, estos son los encargados de cuidar a nuestros cerdos y hacer que la carne quede para comerla en otras regiones. En diferentes zonas, este proceso es diferente, pero no puede ser más diferente entre lo que podemos encontrar en Andalucía. Los productores locales conocemos cada paso del jamón antes de venderlo.

Se hace el trabajo duro de ir por todas las rutas y comidas para poder hacer un producto excelente. Esta es una experiencia que recibe muchos visitantes, ya que pueden acercarse a vivir los detalles, aprender sobre la tradición y descubrir nuevos sabores. Por otro lado, estos productores nos hacen muy contentos con sus productos artesanales.

Los turistas van de vez en cuando y lo más probable que hagan sea recorrer rutas de diferentes lugares para conocer nuevas historias detrás de la historia. Los visitantes tenemos oportunidad de saber mucho sobre este alimento, entre otras cosas.

Degustar y disfrutar del jamón ibérico

El jamón ibérico, esta es una parte principal en la vida en Aracena donde se elabora el tradicional jamón que llevamos años haciendo. El momento más importante para las personas viene ahora porque, de aquí a unos años nos podemos atrevermos a degustar este rico producto. Los visitantes tienen esta oportunidad y pueden ir a diferentes rutas turísticas con encanto natural mientras recorren nuestro bello país.

Al mismo tiempo estos son lugares con historia cultural que no queremos ver desaparecer en el tiempo. Todo esto está a la venta pero sin sufrir una pérdida de calidad, ya que se trata siempre de pequeños productores locales que creen en una tradición tan preciada y valiosa para poder seguir manteniéndola.

Por supuesto, si lo decidimos nos podemos sentir más cercanos a lo vivo del entorno. Lo hacen con productos artesanales como es el caso del jamón pero siempre bien elaborado y cuidado hasta lograr su destino de consumidores finales. Los turistas sabemos cuánto valora esta tradición.

Conclusión: El impacto positivo de las rutas del jamón en Aracena

Un sendero de piedra lleva al ojo un jardín tranquilo rodeado por antiguos edificios y puestos de artesanía

Podemos considerar que estas rutas nos aportan un conocimiento directo de lo que se ha hecho durante centenas de años en el mundo entero. Los productos son hechos con amor y se trata de una cultura muy antigua y valiosa donde encontraremos la authenticidad de los lugares como es, por ejemplo, visitar las tierras en las que crece nuestro jamón ibérico.

Es un recorrido lleno de emociones por el tiempo que se nos ofrece con las actividades culturales. En estas zonas podemos conocer diferentes tipos de naturaleza y poder descubrir más detalles del entorno. Por supuesto se trata tan sólo de una parte de la vida en Aracena pero también tenemos muchos años aprendiendo sobre su historia. La tradición es algo que queremos ver crecer con el tiempo.

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